Considerada la evidencia física más importante de la presencia inca en la serranía ecuatoriana, el desenterramiento del TEMPLO DEL SOL en la parooquia de Caranqui (Imbabura).
El arqueólogo peruano Luis Lumbreras, experto en la cultura inca, aseguró que este asentamiento, que data del siglo XVI, contendría vestigios envidiables de lo que fue la residencia del inca Atahualpa: el templo, la guarnición militar, los palacios, tambos, depósitos y la casa de las acllas (mujeres de la nobleza).
Según el cronista Juan de Betanzos (1551), Atahualpa ordenó edificar en Caranqui la casa real con un suntuoso templo dedicado al Sol, un acllahuasi, almacenes, tambos y otros servicios infaltables en el sistema incaico.El incahuasi o residencia del inca tenía habitaciones cuadrangulares, puertas trapezoidales y paredes con enormes piedras pulidas. El templo tenía una gran cenefa de oro y plata para reflejar la luz solar y algunas paredes también fueron forradas con ambos metales, sagrados para los incas.
buena la historia, lo malo es que nunca llegamos ahí...
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